viernes, 27 de abril de 2007

T.Tymoczko y J.Henle. Razón, dulce razón

En un viaje a Palencia, no ha mucho, me detuve en una pequeña librería de esta bella y apacible ciudad, y me encontré con el libro que ahora comento. Dudé en elegirlo, al fin de cuentas tengo ya bastantes de lógica y si bien es un tema que me atrae, tampoco dispongo de tanto tiempo como para entregarme a todos los vicios que me solicitan. No obstante tengo que reconocer que el título me sedujo “Razón, dulce razón” y por curiosidad me fijé en el título original, no fuera a ser (cosa que lamentablemente no es infrecuente) que éste fuera una creación arbitraria del editor español: “Sweet Reason. A Field Guide to Modern Logic”… y claro, una vez comprobado el nombre del libro y guiado por la misma curiosidad me detuve en el Índice General: “Introducción al lenguaje de la lógica… Lógica formal… Lógica informal, Cómo discutir, Cómo refutar… Lógica proposicional, Argumentos válidos, argumentos convincentes y lógica punk… Predicados, programas y lógica antigua… Deducción, infinitud y un corte de pelo, Introducción y Lógica de los negocios, Completitud, incredibilidad, los debates… Paradoja…”

Al hojearlo comprobé que en parte tenía los mismos temas de otros libros, pero que había nuevos, y sobre todo muy actuales (con personajes como Bush, Clinton y Perot como ejemplos de razonamientos no siempre correctos); y acordándome de O.Wilde (“puedo soportar cualquier cosa, menos la tentación”) me dejé llevar por el impulso y lo compré. Luego tuve oportunidad de entretenerme bastante con él, y ahora, ya forma parte estable de mi biblioteca (hay algunos que duran poco. Ya se sabe, la mejor manera de desembarazarse de un libro, sin culpa… es prestarlo), por eso le hago el honor de un comentario en el Blog.

Es un libro polivalente; puede ser utilizado por profesores de lógica para sus cursos, pero también puede ser leído por cualquiera a quien no asuste los vericuetos formales ni los símbolos (inevitables) que esmaltan cualquier libro de lógica que se precie. Incluso me atrevería a decir que puede ser leído por aquel que sin interesarse por el aparato lógico quiere tener una somera idea de si sus razonamientos habituales son razonables o contienen graves errores de construcción. Y por último, pero no menos importante, puede ser leído por personajes raros, extravagantes, que lo utilicen, por ejemplo, como libro “de noche” para que los últimos minutos de vigilia reciban una ducha de humor y de razón antes de entrar en el incoherente mundo de los sueños. Reconozco que pertenezco, también, a esta ultima clase de lectores, y puedo asegurar que uno, si está en buena disposición, es capaz de conciliar el sueño mucho mejor que leyendo el diario del día o escuchando las noticias de la noche.

Para terminar este breve comentario, que espero sea suficientemente inductor a espíritus proclives, uno, leyendo este libro, puede encontrarse con frases como la siguiente, que si bien no descubren América, tienen la virtud de hacernos repensar cosas que por sabidas casi siempre olvidamos: “Los argumentos son siempre mejorables tras un análisis cuidadoso, y nunca encontraremos la verdad si no intentamos ver el otro lado.” Pág.63.

Ficha Bibliográfica:

Tymoczko(2000), Tom Tymoczko y Jim Henle, "Razón, dulce razón. Una guía de campo de la lógica moderna", Edit. Ariel, Ariel Ciencia, Barcelona, 2002, pp. 584, Ed.Orig: "Sweet Reason. A Field Guide to Modern Logic", Springer Verlag, New York, Inc. Con prólogo de Enric Trillas

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