miércoles, 25 de febrero de 2009

Sobre este blog

El comentario de libros lleva su tiempo. Un tiempo productivo porque obliga a repasar lo leído, a tomar distancia del texto y sus opiniones, y por último es seguro que todo libro comentado resulta, a la larga, más difícil de olvidar. A pesar de estos beneficios somos relativamente pocos los que nos hemos lanzado a la labor de comentar de manera sistemática los libros que caen en nuestras manos. Más de 200 entradas en este blog avalan mi experiencia de estos últimos años. Y pienso seguir en ello, pero no siempre considero necesario tomarme el trabajo de escribir sobre lo que leo. A veces porque mis opiniones no terminan de cuajar, otras porque mi ritmo de lectura es muy superior a lo que escribo, otras ¿por qué no reconocerlo? por simple pereza frente a una obra que es lo suficientemente compleja como para provocar reacciones contradictorias. Por ello utilizo el otro blog, El Cajón de Watson, como reservorio, o embalse, de textos leídos que o ya han sido comentados o esperan su momento propicio para decidirme a ello. Lo aclaro aquí porque una revisión del material que ofrezco en este blog podrá ayudar, al lector, a tomar decisiones sin esperar el aporte de mis modestos resúmenes. 

miércoles, 18 de febrero de 2009

Nuevos libros para leer


























Reconozco que en ciertas épocas soy monotemático (aunque no "obsesivo" ya que suelo intercalar otras lecturas para no cansarme). Y ésta tiene que ver con la España de la década del 30. Aprovecho el tener abundante bibliografía a mi disposición, lo cual hace que la dificultad radique mas en la "selección" que en la falta de material lector. 
Así que he agregado, a los que ya tenía,  estos nuevos  libros a mi biblioteca, con el ánimo de profundizar un poquito más. La II República Española y la Guerra Civil fue un acontecimiento de importancia mundial. Desde Argentina hasta la URSS movió millones de personas en apoyo a las fuerzas republicanas. Fue como el historiador británico Paul Johnson (alguna de sus obras he comentado en el blog) certeramente sintetizó: el acontecimiento sobre "el que más mentiras se ha escrito". Así que décadas después, va llegando la hora de aclarar algunas de ellas.
"El Colapso de la República" analiza los orígenes de la Guerra Civil en los años que van desde 1933 hasta el alzamiento en 1936. S.G. Payne, profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison de USA y codirector del Journal of Contemporary History, es un agudo conocedor de la España que me ocupa, así que no he tenido ninguna duda al elegirlo.
"La Soledad de la República" es el primer libro de una trilogía de Ángel Viñas, que tenía pendiente. Como ahora acaba de aparecer el tercer libro de ésta, considero que debo empezar por el principio, así tengo un panorama más completo. Ángel Viñas es un historiador, economista y diplomático que tuve oportunidad de verlo en una serie sobre la Guerra Civil, ahora en DVD, y que considero imprescindible en mi biblioteca.
"Juan Negrín" de Gabriel Jackson, también me parece muy necesario. Ya que la figura del último jefe de gobierno de la república ha sido tan villipendiada y manipulada que para entender lo que realmente sucedió aclarar sus personalidad y sus circunstancias es clave para la comprensión del final de la República.
"Vida y tiempo de Manuel Azaña. 1890-1940" de Santos Juliá es la biografía que estaba esperando para completar la imágen que de él tengo, (un hombre lúcido que apareció en escena demasiado pronto o demasiado tarde), gracias a su cuñado Cipriano de Rivas Cherif en "Retrato de un desconocido".
"Diario de un pistolero anarquista" de Miquel Mir me llamó la atención ya que efectivamente es un diario real, que se reproduce integramente, más lo comentarios, de un hombre que se entregó a una causa a la que también se adhirió la mayoría de las masas españolas (por lo menos en ciertos años). Su militancia es, por lo tanto, documento y símbolo de una mentalidad.
"La guerra civil española" de Beevor es un clásico, que no había leído, así que aprovecho el impulso para darle cuenta.
"Los mitos de la guerra civil" de Pío Moa es un trabajo, desde la otra orilla. Imprescindible para saber lo que piensan los historiadores de "derecha" sobre tales acontecimientos. 
"Vicente Rojo" ha sido escrito por su nieto, José Andrés Rojo, y describe toda su vida, no sólo los acontecimientos de la Guerra Civil. Una perspectiva obviamente partidaria pero que me permite tener una visión más completa del importante general republicano, que además, era católico y que se reconocía como no republicano pero si militar fiel a su juramento.
Y por último "Desertores" de Pedro Corral es un mosaico de historias protagonizadas por personas sencillas que se vieron atrapadas de un lado y del otro por la conflagración homicida; y algunas  trataron de escapar, unos alcanzaron su meta y otros perdieron la vida en el camino. Considero que este libro, lejos de las proclamas oficiales (de uno y otro bando) ofrece una perspectiva distinta que también hay que incluír en el análisis, si se quiere tener una visión amplia de aquellos años turbulentos.
Por supuesto que no ignoro que me quedan muchos y buenos libros por leer (y por adquirir) relacionados con estos años. Pero todo se andará... si tengo suerte y tiempo para ello. Y si no, no importa. En la cadena humana que recorre los milenios se necesita de todos los eslabones, así que ninguna lectura es inútil ni ningún esfuerzo baldío.

lunes, 16 de febrero de 2009

P. Preston. Franco "Caudillo de España"


Santos Juliá ha escrito que el trabajo de Paul Preston es La más completa y la mejor escrita biografía de Franco (véase contratapa de la edición 1994). Santos Juliá es un historiador erudito que bien podría llamarse una autoridad en lo que respecta a Manuel Azaña. Su opinión es para tener en cuenta. Mi caso está en el polo opuesto; además de no ser erudito en nada mis conocimientos sobre el Caudillo son mínimos, y además, están trufados de "lugares comunes" que mis modestas lecturas no han suprimido. Digamos, para resumir, que en esta cuestión "soy de infantería" y a nivel de "tropa". ¿Qué puedo decir, luego, de este extenso libro que no se haya ya discutido por tirios y troyanos? Sólo mi impresión personal; la cual imagino que partiendo de tan exangüe principio puede ser valiosa para quienes se encuentran en situación parecida.

El libro me resultó fascinante; se lee como una novela (quizá saltándose alguna página excesivamente precisa, documentada) y la imagen que nos ofrece del Generalísimo confirma nuestros prejuicios iniciales: "¡era un cabrón!". No obstante cualquier afirmación debe incluir sus matices, y en el caso de las figuras históricas importantes los matices son, en gran medida, la esencia de un personaje. Franco fue un dirigente hábil en el regate corto, e inteligente en su estrategia personal de ascenso social. Supo elegir amigos y también tratar adecuadamente a sus enemigos. Tuvo una época de valiente militar (sus años mozos en África) y resultó muy apreciado por sus subordinados y compañeros (cosa que, por ejemplo, no podría decirse de los generales soviéticos como Zhukov).

Franco pudo ser un general republicano enfrentándose con los facciosos y los falangistas; pudo ser si hubiera encontrado un manipulador de hombres más inteligente que él... pero la República no lo tuvo. Azaña, el hombre más lúcido de esa etapa española, no era un digno contrincante para el Generalísimo, hábil en callarse y en moverse en la penumbra hasta que las circunstancias maduraran en el sentido conveniente.

La parte más interesante del libro (siempre según mi parecer, con las limitaciones al principio señaladas) está en el período marcado por la Segunda Guerra Mundial. Allí se pueden ver las limitaciones, los errores de perspectiva del Caudillo, pero también su capacidad de adaptación y su prudencia natural para dar pasos que le evitaran caer en un camino sin escape.

Preston indica que Franco no entró en la guerra porque Hitler no cedió en sus pretensiones; aquí la suerte volvió a favorecerle. Pero Franco aprendió pronto lo que podía y no debía hacer, y supo sustraerse al magnético influjo del Führer cuando éste lo presionó ya a destiempo.

La figura de Franco es, si se me permite la comparación, shakesperiana. Podría formar parte de un drama renacentista donde la suerte y la astucia, junto con la traición y la inteligencia, juegan su papel en el ascenso y destrucción de los personajes principales. Esta comparación es aplicable sobe todo a la vida de Franco hasta 1951; tiempo en que consiguió nuevos padrinos para su cruzada personal. La "guerra fría" le vino como anillo al dedo, y después... se dedicó a administrar la gran finca española para sí y beneficio de su familia en primer lugar y de los viejos y nuevos camaradas, en segundo. Gradualmente Franco se transmutó de gran dictador en abuelo vigilante, garantía de un país estable. Esta historia posterior que también Preston la desarrolla, para mí carece del interés novelesco y humano de su primera parte; aunque para España fue simultáneamente de crecimiento económico y paralización intelectual y política.

Si el lector está dispuesto a aceptar esta visión del libro, tan superficial como mis conocimientos y pintoresca como mi manera de enfocar la cuestión, me doy por satisfecho.

Nota: en El Cajón de Watson, sobre todo en la etiqueta "España-GuerraCivil" hay suficiente material para ampliar lo aquí escrito.

Ficha Bibliográfica.

Preston(1993), Paul Preston, "Franco. 'Caudillo de España'" Grijalbo, Barcelona, 1ra. Edición abril 1994, 6ª reimpresión mayo 1998, pp. 1043. Tit. Orig: Franco. A Biography, HarperCollins Publishers, London 1993.

Preston(1993), Paul Preston, "Franco. 'Caudillo de España'". Debolsillo. Barcelona, 2da. edición marzo 2006. Traducción de Teresa Comprodón y Diana Falcón. Revisión Eva Rodríguez Halffter. Nueva Edición revisada y ampliada.

miércoles, 11 de febrero de 2009

A.Deaño. Introducción a la lógica formal


Hay épocas donde me disperso en distintas ramas del conocimiento, otras, como ahora, me concentro en un sólo tema: la España de los años 30. No respondo a ningún plan, sólo me dejo llevar por mis pensamientos y asociaciones. La curiosidad es la madre de la ciencia, dijo alguien y yo soy un curioso impenitente (cómo mis ídolos de la infancia, que metían siempre la nariz donde no los llamaban). No obstante dejo un margen, necesario y saludable, para la casualidad, y en este caso un mensaje intercambiado con un amigo me llevó a revisar mis antiguos libros de lógica. Y así me reencontré con éste de Alfredo Deaño, que es toda una joyita, y con el cual volví a sentir el placer de escuchar a un gran maestro.

La lógica gusta o no gusta; no creo que existan términos medios. Muchos la estudian por obligación en el secundario, como fue mi caso, y entonces, hace décadas, encontré que algo valioso e ignorado me estaba aguardando. Fue un caso de "amor a primera vista". Con los años me dediqué a otras cosas, no menos fascinantes, pero siempre mantuve el interés por esta materia, a la que leía para "desengrasarme" cuando estaba saturado de los asuntos del momento. Autores como Irving Copi (Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires (1965) se incorporaron a mi panteón particular de “amigos virtuales”, y Alfredo Deaño también, sólo que por ser mucho más tardío, mi memoria lo había olvidado. Conservo todavía un librito de "Lógica Matemática" de José Ferrater Mora y Hugues Leblanc, F.C.E, comprado y leído en 1970 que me sirvió de complemento a las clases de Gregorio Klimovski que tuve la gran suerte de participar (como estudiantes) en un curso de post grado. Así que mi relación con esta disciplina, siempre en un plano sencillo y elemental, me ha acompañado durante gran parte de mi vida. Uno de los últimos libros que compré hace tiempo fue "Razón, dulce razón" de T.Tymoczko y J.Henle, del cual hice un breve resumen en este blog, con el sano deseo de compartir mi alegría por su descubrimiento (aunque reconozco que es de difícil lectura si no se poseen ya algunos conocimientos de la materia).

Pues bien Si Ud. quiere iniciarse en la lógica o profundizar un poco más de las superficialidades que ofrece la enseñanza en estudios no universitarios, nada mejor que este libro. Con el valor añadido que está escrito en un castellano de primera clase, algo extraño en nuestro tiempo donde por predominar la literatura traducida estamos a merced de traductores no siempre competentes y casi nunca bien pagados. Esta situación lamentable se refleja en nuestro idioma, empobreciéndolo y llenándolo de tópicos, palabras manidas y falsos sinónimos; horror del cual participo, a veces, inconscientemente (no estaría demás avisar que si alguno lector comprensivo y benévolo advierte en mis entradas algo mal escrito me lo advierta en un comentario, públicamente, así no sólo me sirve a mí sino que contribuye a deshacer lo que torcido está).

Volviendo al tema, lo característico de este libro es que facilita la iniciación o la continúa un poco más allá. Como escribe, Carlos Solís en su Nota Preliminar: "Señalaba también que su libro no pretendía competir con otras obras introductorias, sino que quería ser más bien una propedéutica a ellas. Con esta fórmula modesta no indicaba que su libro fuese más elemental que otros manuales, sino que tenía un fin distinto. El suyo no era simplemente un manual de texto para alumnos de lógica, sino también una verdadera "introducción" propagandística ("en sentido etimológico") a la lógica para cualquier persona interesada. Para un curso de lógica casi cualquier manual es bueno, dado que las insuficiencias del texto, así como sus oscuridades, pueden subsanarse en clase. Lo realmente difícil es escribir un libro que alguien pueda leer, entender y disfrutar por cuenta propia, metiéndose también de lleno en los problemas filosóficos que la lógica suscita." (pág. 12).

Esta edición, ya antigua (ignoro si hay otras, pero una revisión por la Red seguro que nos daría una respuesta rápida) contiene los dos tomos de la edición inicial. Trata de la lógica de enunciados y de predicados. Cuestiones elementales pero que para los no especialistas están llenas de interés y recovecos inesperados.

Para quién quiera leer el prólogo del autor no tiene más que picar (o clickear, como le plazca) aquí.

Y termino con una cita del libro en que se demuestra como, incluso para ejemplificar el uso de la conectiva “o”, se puede ser un poco pícaro y alegrar la lectura del tema aparentemente más árido: "Se aprende ciencias ocultas estudiando la obra de los teósofos o leyendo a Althusser".

Ficha Bibliográfica:

Deaño(1974), Alfredo Deaño “Introducción a la lógica formal”. Alianza Editorial, Filosofía y Pensamiento, Madrid, 1999,  pp. 427.