sábado, 14 de marzo de 2009

Gerald Brenan. El Laberinto Español

Basta con consultar la Wikipedia  para enterarnos que Edward Fitzgerald Brenan, (1894-1987), fue un escritor e hispanista británico, perteneciente al Círculo de Bloomsbury. Su libro "El laberinto español" publicado en 1943, en plena Segunda Guerra Mundial y cuatro años después de terminada la Guerra Civil intenta mostrar al público de lengua inglesa el "por qué" de la cruenta guerra terminada y cómo la hostilidad de Gran Bretaña contribuyó a la derrota republicana: "Una vez más, en el verano de 1938, se produjeron trastornos entre los nacionalistas. Esta vez era entre los oficiales del ejército. El general Yagüe pronunció un discurso en el que trató a los alemanes e italianos de aves de presa y ensalzó el valor de los soldados republicanos. Hubo motines en varios lugares. En ese tiempo Negrín publicó sus trece puntos con vistas a crear un ambiente favorable para una reconciliación. Era este el momento para que el gobierno inglés de repudiar la estúpida y cínica farsa de la no intervención y anunciar a los alemanes que no se consentirían nuevos envíos de armamentos. Esta acción pudo muy bien haber conducido a un armisticio. Pero la política de apaciguamiento estaba en su cenit y Chamberlain no vio nada de extraordinario ni perturbador en la perspectiva de una victoria de alemanes e italianos. Incluso hizo una presión fuerte sobre el gobierno francés para que cerrase sus fronteras con España." (Pág. 385). 

Así Brenan recuerda a sus compatriotas, que aún sufren las bombas de Hitler y la destrucción de sus ciudades, como tuvieron un gobierno vil que dejó en la estacada a una República asediada por toda clase de enemigos internos y que no contó con la comprensión ni la solidaridad de las potencias democráticas. Lo que Brenan no sabía, ni tampoco la mayoría de los ingleses que leían las líneas anteriores, es que en estos instantes Churchill jugaba con Franco ofreciéndole una zanahoria y amenazándolo con un palo. Todo para evitar que España entrara en guerra al lado del Eje. Y tampoco se enteraron los ciudadanos británicos que, ya terminada la contienda mundial, su gobierno tuvo un importante papel para evitar la caída del régimen franquista.

De estas cosas ahora sí estamos enterados, pero ya ha pasado mucha agua bajo los puentes y apenas tenemos tiempo para reflexionar sobre los agudos problemas del momento, así que las cosas que han pasado ya están debidamente amortizadas. Al fin de cuentas ¡cada pueblo tiene el gobierno que se merece! (Algo que, para que no quede ninguna duda, pienso que es una cínica falsedad).

El libro es un estudio tan riguroso como era posible en su momento, y sigue siendolo para el lector contemporáneo. Su estudio del desarrollo del anarquismo español puede ser una excelente introducción para luego profundizar en el tema. Téngase en cuenta que en España se dio el fenómeno extraordinario de un movimiento anarquista mayoritario entre los obreros y campesinos, a diferencia de cualquier otro país del mundo. Un gigantesco movimiento libertario que tampoco se libró, a pesar de su rechazo a la autoridad y a cualquier clase de sumisión al Estado o a los partidos políticos, de hondas contradicciones entre los principios y su práctica:"Esta es la trágica paradoja del anarquismo español. Pretende alcanzar por medio de la violencia un estado en el que hasta la más moderada forma de coacción se encuentre excluida." (pág. 247).

El libro va pasando revista a los principales acontecimientos políticos y sociales desde la Restauración de 1874 hasta llegar al final de la Guerra Civil. Escrito con prosa elegante lleva al lector paso a paso por los meandros de la historia española reciente. No se priva de elaborar hipótesis de alto nivel que son en si mismas difíciles de demostrar, pero que ofrecen un atractivo contrapunto a los hechos tal como los describe: "Lo primero que hay que observar es la fuerza del sentimiento regional y municipal. España es un país de la "patria chica". Cada pueblo, cada ciudad, es el centro de una intensa vida social y política. Como en los tiempos clásicos, un hombre se caracteriza en primer lugar por su vinculación a su ciudad natal o, dentro de ella, a su familia o grupo social, y sólo en segundo lugar a su patria y al Estado. En lo que puede llamarse su situación normal, España es un conjunto de pequeñas repúblicas, hostiles o indiferentes entre sí, agrupadas en una federación de escasa cohesión..." (Prólogo a la primera edición inglesa, pág. 17). Gerald Brenan, extranjero que vivió unos años afincado en las Alpujarras de de Granada, y que aprendió a amar a sus gentes y sus costumbres (prueba de ello es que tuvo un montón de hijos con las andaluzas del lugar), no por eso deja de lado la mirada del inglés que visita los “Trópicos”. Y con ello nos da una nueva luz sobre lo que por costumbre, por pereza o por formar "parte de la naturaleza de las cosas" ni siquiera llegamos a darnos cuenta.

Es verdad que España ha cambiado radicalmente desde los años que en que Brenan se formó su imágen de esta tierra; pero sin embargo lo que cuenta el libro (leído de manera pausada y atenta), a pesar de los profundos cambios acaecidos, no nos resulta extraño. Algo queda; y quizá ese "algo" no sea tan ajeno a las reflexiones de este inglés sofisticado, que recibía en su pueblo de Yegen, Andalucía, a Lytton Strachey, Dora Carrington o a Virginia Wolf.

Quizá el interesado en estos temas piense que el libro ya está muy pasado de moda, y que, para profundizar, hay otros en primer lugar. No creo que deba quedarse el lector sólo con él, pero si lo deja de lado perderá uno muy bueno; un libro que el tiempo no ha deteriorado. Un libro que atrapa y que merece sobrevivir.

Para leer fragmentos de “El Laberinto” ver el Cajón de Watson.

Ficha Bibliográfica:

Brenan(1943). Gerald Brenan. "El Laberinto español. Antecedentes sociales y políticos de la guerra civil". Prólogo de Tom Burns Marañón. Plaza y Janés, Barcelona marzo 1996, pp. 479, con abundantes fotos. Tit. Original: The Spanish Labyrinth"

Nota: he visto en las librerías una edición actual; pero no tengo aquí sus datos.

domingo, 8 de marzo de 2009

Petros Márkaris. Muerte en Estambul


¡Un nuevo libro del comisario Kostas Jaritos! Contra mi costumbre (dejar madurar las novelas en las librerías) me apresuré a comprarlo recién aparecido. El comisario me divierte y soy capaz de hacerle lugar con los otros libros que tengo "en proceso" para intercalarlo y leer sus aventuras y la de su impagable señora, Adrianí. Así que me sumergí en él y en escasos tres días (hacíendolo durar, leyendo sólo un tiempo cada jornada) me lo terminé. Ya en otro comentario de este blog afirmé que, hoy por hoy, es el autor que más me gusta en el género de novela negra. Lo sigo manteniendo. Márkaris entretiene sin escribir estupideces, hace pensar sin apelar a grandes palabras (o ideas), deja un buen sabor aunque su comisario siempre tiene que lidiar con el lado oscuro de la existencia. En este libro Markaris vuelve al lugar donde nació (revestido de la piel del comisario Jaritos) y describe la ciudad, y sus cambios, mejor que cualquier guía. La trama si bien parece irreal, al principio, cobra verosimilitud poco a poco en su desarrollo. Al final terminamos por convenir que bien podría haber sucedido algo así. El sujeto, los medios y los fines son posibles, aunque no común. No quiero desvelar el argumento pero estando ya anunciado (¡como siempre!) en la contraportada, me permito señalar que en él una anciana al borde de la tumba… es la principal sospechosa. Y lo dejo aquí porque no siempre la sospecha se cumple, aunque a veces sí. El que quiera "catar" el estilo de Markaris tiene en el Cajón de Watson una muestra que no descubre ningún misterio, pero que muestra, según mi parecer, muy bien su pluma: llana y vigorosa.

Ficha Bibliográfica:

Markáris(2008), Petros Márkaris, "Muerte en Estambul". Tusquets Editores, Barcelona, marzo de 2009. Pág. 241. Título Original (en griego).