lunes, 28 de diciembre de 2009

Algunos libros para este final del 2009


Este es un blog en crísis, lo confieso. Igual que la economía mundial... aunque el paralelismo termina aquí. El hecho es que me he acostumbrado, luego de leer un libro en buscar los comentarios en la Red, y luego de leerlos (suele haber más de uno) me pregunto: "¿Qué más puedo aportar a ésto?" y, sinceramente, no lo veo. A veces pequeños detalles, y otras algunas notas marginales, pero está todo dicho, así que eso me quita completamente las ganas de escribir uno.
No obstante y para no dejarlo morir, por inanición, pongo aquí los últimos libros que leo o releo, no están todos, ya que algunas novelas más están demasiado comentadas en la red como para que me moleste escanear su tapa :-)
El libro de Mankell, el último publicado y el último de la serie de Wallander me decepcionó. Lo leí hasta el final, pero podía interrumpirlo en cualquier momento para seguir con otro; y esto es una mala señal en un libro policíaco. Aunque en realidad no lo es, salvo que hay algun muerto, casi por necesidad del género, más que por hacerlo imperioso el argumento. Wallander se hace viejo y con achaques, y luego de leerlo también ¡yo me sentí más viejo! Es evidente que Mankell es un buen escritor y que logra transmitir lo que siente, pero insisto, no me parece ni con mucho el mejor de la serie... probablemente sea el peor, como corresponde, quizá.
En cambio El Libro de las Ilusiones, de Paul Auster, me dejó con la boca abierta; me pareció excepcional. Había leído de este escritor sólo un libro: "Viajes por el Scriptorium" y no sintonicé con él; por lo tanto éste no tenía ganas de comprarlo así que me lo agencié en la Biblioteca de la esquina, y tuve suerte. Si quisiera (que no es el caso) hacerle una crítica profunda, seguro que empezaría con esta frase de Chateaubriand que figura en la página 331: "Quien vive demasiado, muere vivo".
Volviendo a la novela, resulta que Hector Mann, un cómico que trabaja en el cine mudo, cuando estaba a punto de desaparecer reemplazado por el sonoro, desaparece misteriosamente de su casa; nadie lo encuentra y al principio los diarios hablan mucho de él, pero con el tiempo y el fracaso de la búsqueda también terminan olvidándose de la historia. Muchos años después, Davidd Zimmer (el personaje principal de este libro), profesor de literatura deprimido por una terrible pérdida familiar visiona, por casualidad, una vieja película del desaparecido, y su profundo dolor se interrumpe por un instante al lanzar una espontánea carcajada que lo devuelve a épocas más felices.
Así empieza una historia que se va desenvolviendo con sólo la gracia que puede dar un buen escritor creador de un mundo tan real como las ilusiones que surgen de su pluma (o teclado, para ser preciso).
Ya lo terminé y estoy empezando a pensar que Paul Auster se merece que explore un poco lo que tiene escrito por ahí.
El que responde al escueto nombre de "1930" lo encontré en una "librería de viejo", es de 1973 y de una editorial de Madrid, Ediciones Tebas, que no he visto por ninguna parte. Presumo desaparecida hace ya tiempo.
Según leo en la cotratapa Eduardo de Guzmán, "periodista por vocación", llegó a ser redactor-jefe del diario madrileño La Tierra, en 1930, y en 1935 pasó a formar parte de la dirección de otro diario La Libertad. En 1946 reanuda su labor de escritor, por lo que o luchó en el bando fascista o la Guerra Civil lo pilló de ese lado y por ello sobrevivió. Ya me enteraré más de él.
El libro aún no lo he empezado, pero lo compré porque está dedicado a un año crucial de nuestra historia, cuando cae la monarquía y a poco de empezar la Segunda República, y me interesa leer lo que un testigo de los hechos vió, independientemente de su color político (que sea cual fuere siempre resulta incompleto).
El de Raymond Carr, lo considero un "libro de consulta" o sea que sólo leí un fragmento que me interesaba y lo tengo ahí para comparar información con otros cuando toque la oportunidad. Raymond Carr no necesita presentación y además viene con una continuación de Juan Pablo Fusi para la parte de la historia contemporánea que el autor principal no ha podido abarcar. Esta clase de libros vale la pena tenerlos, lo digo por mi experiencia, y la Red con su multivariedad de información no puede, hasta hoy, cubrir todo lo que un investigador necesita. La verdad que cuando se busca algo siempre se encuentra en Internet, pero no suele estar en nuestro idioma lo mejor, lamentablemente.
"El desplome de la República" es el cuarto libro de Ángel Viñas sobre el tema. Ya tengo los tres anteriores y creo haberlos comentado, aunque tampoco estoy seguro. En cualquier caso son libros para tener y no sólo para leer. A ellos se vuelve siempre que que toquemos ese tema. Están llenos de información y de documentos que merecen ser recordados. Naturalmente Viñas tiene sus opiniones y su tendencia política es clara, pero ello no obsta a la calidad de sus obras, según creo. En este último lo co-escribe con Fernando Hernández Sánchez, historiador especializado en el movimiento comunista y que está trabajando en una historia de la guerra civil vista con la perspectiva del Partido Comunista Español. ¡Ese será otro libro que no me perderé cuando aparezca!
La "Breve Historia de Italia" lo estoy releyendo; me parece un buen librito para recordar o tomar contacto con la historia italiana, y como he leído recientemente sobre el anarquismo italiano necesitaba recuperar, la memoria es frágil, información olvidada. Para hacer un libro así, tan pequeño y completo, se necesita saber mucho, pero mucho. Y el autor británico Harry Hearder cumple su misión cum laude.
"La defensa" de Nabokov es una novela leída hace mucho tiempo. Creo que se ha hecho una película con ella, y tampoco recuerdo si la comenté en este blog. En todo caso me la encontré por casualidad (es la ventaja de tener los libros en doble fila, los que están atrás pueden quedar allí años enteros) y como apenas tengo una idea del argumento me dispongo a darle un repaso. Releer es un placer especial, sólo reservado a los gourmets :-)
El último libro que aquí menciono es el de Leonardo Padura, un autor cubano que hasta el momento desconocido. Lo compré porque sabía que trataba de Trotski y de su muerte a manos del comunista Ramón Mercader. Tenía una vaga idea de su madre, comunista también, y de las operaciones que Stalin hizo emprender para liquidar al segundo lider de la revolución bolchevique, sólo por detrás de V.I.Lenin. Así que lo empecé y ya está mediado en su lectura. Por ahora me parece excelente, y me ofrece una perspectiva mucho más amplia de la época y los personajes. Hasta donde sé se ajusta a la historia como un buen guante a la mano, pero la enriquece con su imaginación y me confirma que leer libros de historia sin apelar a la literatura es ver con un sólo ojo... falta profundidad.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Espero impaciente el primer comentario del 2010, y muchos más!!

Feliz 2010!!

Mercedes Pinto dijo...

Ni se te ocurra dejar morir tu blog, ahora que lo he descubierto yo. Lo visitaré, no te quepa duda.
¡Ánimo! Este es un espacio para minorías, pero ¡qué minorías, señores!
Un saludo.

CAROLINA MENESES COLUMBIÉ dijo...

Espero que nunca, nunca, nunca muera este blog.

Saludos y felices fiestas.

Anónimo dijo...

Pruebe a escribir sus comentarios después de leer los comentarios ajenos. No sólo todo lo que escriba será original sino que, al no sentir la necesidad de tener que añadir algo a lo ya dicho, las ideas fluyen a su capricho y siempre acaba cayendo alguna inesperada. Además, sospecho que muchos de sus lectores prefieren leerlo a ud. antes que a otros de los comentaristas que ud. refiere.

Brigantinus dijo...

Normalmente tengo por cortesía contestar a cualquier comentario... salvo que esté "fuera", es decir en un lugar donde no tengo acceso a Internet. Como ha sido los últimos días.
Tienes razón en que contestar deja fluir libremente los pensamientos. Es también mi experiencia.
En cuanto a lo de mantener el blog... ya comenté que es una cuestió dudosa, aunque no tengo decisión tomada y espero que el paso del tiempo clarifique mis sensaciones.
Cuando empecé a publicar algunas ideas allá por 1993 (ahora parece la prehistoria), Internet, en español, conservaba un sabor de exploración, de pionero. Ahora se ha normalizado y ya es tan incorporada a la vida cotidiana como la televisión u otro medio. En este contexto, y los años no pasan en balde, me pregunto ¡qué demonios estoy haciendo aquí! ya que el factor de novedad y de apertura que siempre me fascinó ahora se ha convertido en otra cosa. Más útil y más interesante para muchos y como consumidor yo también me beneficio de esta situación normalizada... pero con menos desafíos, o así lo vivo.
En fin, que no está dicha la última palabra :-) y que dejemos que el tiempo haga su obra.

Moien dijo...

Hola,

Me uno al comentario de Mercedes. Acabo de descubrir el blog y lamentaría enormemente haber llegado tarde.

Saludos.